“Le exigimos al Estado venezolano que mi padre aparezca vivo”. Entrevista a Luis Mora, hijo del desaparecido Alcedo Mora Marqués

en El Aromo n° 104

Fabián Harari
Grupo de Análisis Internacional – CEICS


Alcedo Mora Marqués era un activista, que había participado en varias organizaciones sociales como Tercer Camino, PRV-FALN, Ruptura, y se vinculó con sindicatos de las industrias básicas de Venezuela. En el estado de Mérida, se desempeñaba dentro de la Contraloría Social, donde también realizaba trabajo social en los barrios, sobre todo en poblaciones rurales. Como parte de su trabajo periodístico, había comenzado a denunciar casos de corrupción con PDVSA, puntualmente el tráfico combustible a Colombia por parte de funcionarios del Estado de Mérida y de la petrolera estatal, por la que había recibido diferentes tipos de amenazas. El 27 de febrero del 2015, Alcedo se despidió de su esposa antes irse a una reunión convocada por la gobernación de Mérida, en relación a las denuncias que había venido realizando, pero nunca más se supo de él. Desde entonces, los familiares, amigos y organizaciones comunitarias, han empezado una campaña denunciado al Estado como el responsable de la desaparición de Alcedo Mora, sufriendo todo tipo de amenazas por parte de los funcionarios públicos estatales y nacionales. Junto con Mora, también desaparecerían los hermanos colombianos Jesús y Eliécer Vergel, refugiados colombianos que eran asistidos socialmente por Alcedo Mora. Los tres, junto a los cientos de muertos por el sicariato y la represión, muestran la cara más oscura del bonapartismo: el asesinato y represión a la clase obrera. A continuación, presentamos la entrevista que realizamos a Luis Mora, el hijo de Alcedo, quien nos cuenta la investigación de su padre, los detalles de la responsabilidad del Estado venezolano en su desaparición, y la lucha que vienen llevando adelante. Desde Razón y Revolución, nos solidarizamos con su lucha y exigimos la inmediata aparición con vida de Alcedo Mora y los hermano Vergel.

Luis, contanos respecto a cómo empieza la militancia político sindical de tu padre

A la edad de los 15 o 16 años, él conoce a Douglas Bravo, al Flaco Prada, y es cuando empieza a hacer conexión de amistad con ellos, y empieza a militar en las FALN, (NdE: Fuerza Armada de Liberación Nacional, brazo armado del Partido de la Revolución Venezolana) que se levantó en contra del gobierno. Luego se va al Oriente a los 20 y pico, y empieza a hacer trabajo sindical con los gremios de Ferrominera, de Venalum, las empresas básicas de Bolívar. De ahí sigue militando en Ruptura y en Tercer Camino.

En los años ‘60, ‘70 y ‘80, Hugo Chávez militaba en el PRV Ruptura, lo mismo que Rafael Ramírez, William Saab, y muchos funcionarios del gobierno que llegaron a ocupar altos cargos, militaron en el PRV. Ya con el tiempo en el gobierno, en el poder, se deslindan porque no era la vía que se había pensado que iba a llevar Venezuela, y ahí aparece la división con Chávez y con el gobierno. Mi papá ha participado en esas movilizaciones que se produjeron durante estos años, saliendo a la calle, como revolucionario, a defender a su país, su Estado, por una mejor Venezuela. Siempre ligado a los más humildes, lo que él más anhelaba era ayudara lo que más pueda. Siempre solidario con la comunidad, con los amigos, los compañeros. Era lo que caracterizaba a mi papá. Hay gente que ahora se ha dividido por miedo a que el gobierno arremeta contra ellos, hay personas que en el mismo PRV Ruptura, sale haciendo comentarios en contra de la causa que venía haciendo mi papá, lo desprecian y dicen que ya no militaba. En el año 1992 es la primera desaparición de mi padre. Se lo lleva detenido la DISIP (Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención) y dura 6 meses desaparecido.

¿Qué estaba investigando u organizando tu padre en los momentos en que es desaparecido nuevamente en 2015?

Mi papá ya tenía rato investigando casos de corrupción, años trabajando en la Contraloría Social donde se denunciaban casos de corrupción en alcaldías, gobernaciones, de concejales, aquellos sitios que fueran detectados, él los denunciaba, como organización popular, entre la misma comunidad. Recuerdo que mi papá denunció al Fiscal Anticorrupción, del Estado de Mérida, y fue una lucha de dos años hasta lograr la destitución, pero lo premiaron metiéndolo en otro cargo. Mi papá ya venía denunciado cosas más fuertes como el tráfico de gasolina a Colombia, en una gran cantidad de gándolas (NdE: camiones) a diario, denunciado a cada vehículo que era del Estado y era enviado a Colombia, y empieza a tocar tentáculos del alto gobierno. El gobernador se molesta, lo llama a una reunión, lo amenazan que está siendo investigado por el SEBIN. Mi papá pregunta por qué y le dicen que por unas llamadas. Él dijo que se iba a poner al servicio de la investigación, pero a los días lo llaman de la gobernación a una reunión y es cuando mi papá no llega. Ya había sido amenazado, ya lo había seguido una camioneta, y mi papá venía denunciado el tráfico de gasolina donde está involucrado el gobernador de Mérida, Alexis Ramírez, el secretario general de gobierno (NdE: Luís Martínez Rico). De ahí para arriba estaban Diosdado Cabello, Rafael Ramírez (NdE: Ex presidente de PDVSA), que es el primo del gobernador de Mérida. Por esa vía es que la investigación da de que el SEBIN fue el que se llevó a mi padre. Hasta el momento hemos hecho denuncia por todos lados y no hemos obtenido respuestas todavía

Contanos por qué sospechan del Estado y del SEBIN

Nosotros empezamos a investigar, a hacer seguimiento, y constatamos que una de las camionetas que amenaza a mi padre, la vimos estacionada en la casa de Tareck Aissami. Nosotros lo denunciamos, para que se investigue, pero nunca se movieron por qué era la casa del padre de Aissami. El gobernador tampoco fue investigado. El secretario general de gobierno solo se escondió, con cada vez más escoltas. Hay una pequeña denuncia que la tiene la comadre de mi papa, y ahí se constata como se pierden las máquinas eléctricas, una dotación que da PDVSA para las elecciones, se llevan toldos, máquinas, que todo junto genera una gran cantidad dinero.

¿Quién es Tarek Aisammi?

Tarek Aissami para ese entonces era el ministro de Interior y Justicia. Es conocido en Mérida de su época de estudiante, era conocido de mi padre pero no tenían buena relación. Ya hace años, atrás cuando él se lanza como diputado por el PSUV, en una asamblea de ciudadanos convocada por mi padre, para cursos de contraloría social, llegó Aissami y quiso aprovechar la aglomeración de persona para hacer proselitismo político, pero fue rechazado, y hubo problemas entre la comunidad y Tarek. Desde ahí quedaron secuelas, y empezó esa diferencia

¿Cuál es el proceso de lucha que llevan adelante?

La lucha empieza con movimientos sociales, empieza a llegar gente a apoyar que conoce la militancia de mi papá, que desde muy joven estuvo en las calles, y es conocido en el estado de Mérida o la región andina, era muy activo. Iba mucho a visitar al campesinado como funcionario de la gobernación, porque se encargaba de labores sociales. ¿Por qué sospechamos del gobierno? Porque mi papá no tenía problemas con nadie. Se reunía con todos, a dialogar, a debatir, era muy respetado por su posición política ideológica, siempre ha sido un hombre solidario y recto en su lucha. El único problema que genera es con el gobierno, con las denuncias que venía haciendo porque incomodaba a los funcionarios envueltos en corrupción. En una reunión, que se reúne toda la central del Estado, los más altos del gobierno, donde estaban el gobernador, el secretario de gobierno, el prefecto del Estado, el defensor del pueblo, los fiscales, le hacen un llamado a que se calle que no saque a la luz pública porque es muy delicado, no por ellos sino por sus jefes, para los de arriba. Ellos sabían el trabajo que venía haciendo mi papá y discute con ellos. Dice que si lo amenazan o pase lo que pase, él iba a darlo a conocer igual. Mi papá presenta copias de las pruebas, al gobernador del Estado, una parte se la da a militares, las muestra en reuniones. Y ahí lo amenazan. Lo para una camioneta negra (la que vimos en parque Beethoven), le dicen que se quede quieto o lo matan. Mi papá llega asustado. Dos o tres días después lo llaman a una reunión a la gobernación y no llega a la casa. De las llamadas de la Fiscalía de la república rastreo, muchas dan que desde la gobernación ese día a la mañana salen llamadas del teléfono de mi papa y le llegan otras. De ahí desaparece el teléfono, y llegan llamadas de lugares mucho más lejanos. Por ejemplo de El Vigía, que está a dos horas del lugar. Ahí se empieza a ver el trabajo del SEBIN, que así como saben resolverlas saben hacer todo, porque cada media hora salen llamadas desde lugares muy distantes, como si estuviese arriba de un helicóptero. En ese entonces Ortega Díaz y William Saab, defensor del pueblo, establecimos varias reuniones, y todo quedó en chantaje, mentiras, prepotencias. Solamente les gusta que digas que sí. Nos decían de esperar un año. El defensor del pueblo a nivel internacional, Germán Saltrón, nos dijo que había que esperar dos o tres años, a ver si aparecía. Así es como funciona el Estado venezolano.

¿Ustedes o los que están luchando por el esclarecimiento del secuestro de tu padre, han recibido amenazas por parte del Estado?

Al principio, nos organizamos en grupo, los más cercanos a mis padres, nos llamamos Operación Alcedo Mora, y siempre nos presionaba el gobierno con amenazas, funcionarios del SEBIN que te amenazaban en las calles, te preguntaban por mi papá y se ponían a reír, o te apuntaban con un arma. Nos mandaban también amenazas con organizaciones aliadas al gobierno. Nos dirigíamos a denunciar al funcionario con el jefe directo de ellos, y no hacía nada, los rotaban. Cuando la fiscal de la región de Mérida se solidarizaba con nosotros y tenía algo de curiosidad, la cambiaban. Y en la calle siempre hubo presión del Estado. Te paraban, te requisaban, te querían detener. Lo bueno es que siempre nos mantuvimos en la palestra pública, en los medios de comunicación, aunque en las del Estado no nos sacaban al aire, así mantuvimos ese escudo contra el gobierno. Una de las cosas por las que nosotros sospechamos y estamos seguro de que son ellos, es que Alexis Ramírez, y el secretario de gobierno Luis Martínez Rico, porque cuando atienden a mi hermano por primera vez tuvieron una actitud prepotente. Le dicen que lo que le pasó a mi padre es por hablar de más. Ahí se evidencia de que son los autores intelectuales. De ahí salió la cuestión, y de los jefes de arriba. En una de las ocasiones me encuentro al jefe de CICPC a nivel nacional en la casa, dentro de mi casa, yo llegaba de viajes, con 7 funcionarios más enviados desde Caracas. Me encontré con gente encapuchada, armados en la casa y resulta que querían reunirse conmigo. Así me amedrentaban.

Cuáles son los nombres de los responsable del CICPC nacional que te amedrentaron?

El director nacional se llamaba Douglas Rico en aquel entonces.

¿Y qué están exigiendo concretamente al estado venezolano?

Concretamente le exigimos que esclarezca la desaparición de mi padre y que tiene que aparecer vivo. La misma Fiscal General de la República llamaba a denunciar la corrupción, y por convicción patriótica revolucionaria, mi padre estuvo enfrascado toda su vida en esa lucha mancomunado con la comunidad, respetando los pensamientos de cada quien. Ese es el llamado al gobierno para que se pronuncie, porque lo mantiene en silencio y solo hablan cuando lo presionan en entrevistas, pero esquivan el tema. Del resto no hay una investigación seria en la Fiscalía General de la República. Lo que se ha mantenido es el mareo a las víctimas y familiares, recorres todas las instituciones y nadie te responde nada. Les pido justicia, saber el paradero de mi padre, quien lo tiene, donde está. Se lo llevaron vivo, y vivo tiene que aparecer. Los responsables deben aparecer, ydeben ser investigados.

¿Qué mensaje le darías al conjunto de los trabajadores de Latinoamérica?

El mensaje al conjunto de trabajadores latinoamericanos es a continuar la lucha, a reivindicar nuestros derechos. Debemos pelear porque se nos respeten nuestros derechos laborales, sociales, humanos. A continuar la lucha que es una sola, es la misma causa, y el llamado a organizarnos más. Que existe el compañerismo. Un abrazo a todos nuestros hermanos latinoamericanos.

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