«Literatura y Revolución», recargado. La nueva y más completa edición en castellano del clásico de León Trotski – Alejandro González

en El Aromo nº 70

trotski Literatura y revolución, recargado *

La nueva y más completa edición en castellano del clásico de León Trotski 
 
Alejandro Ariel González [1]
 
En un esfuerzo que nos llena de orgullo, en marzo tendremos en la calle la primera versión completa en castellano de Literatura y revolución, de León Trotsky. Una versión traducida directamente del ruso, que recupera textos inéditos en nuestro idioma. A continuación, ofrecemos un fragmento de la presentación a esta obra, a cargo de Alejandro Ariel González, destacadísimo traductor del ruso, responsable de la traducción, la selección y las notas de la más completa edición de la obra del revolucionario que se conozca no sólo en lengua castellana y que está ya en prensa por Ediciones ryr.
 
Como suele ocurrir con muchos clásicos escritos en lenguas extranjeras, Literatura y revolución es un texto a la vez muy bien y muy mal conocido por los hispanohablantes. Desde su primera traducción al castellano, numerosas editoriales han publicado y publican este título, que ha llegado a convertirse en uno de los más conocidos y leídos de Lev Trotski. Esta circunstancia, propicia para aquel que busca conocer la obra y el pensamiento del revolucionario ruso, pierde su original encanto cuando sometemos el libro a los principios textológicos más elementales. Por tales principios entendemos, grosso modo, los siguientes: establecer el origen de la traducción, la fuente original utilizada, el idioma del que se realiza la traducción; cotejar la fuente con otras ediciones en la lengua original, en especial con ediciones publicadas en vida del autor y, si es posible, con los manuscritos; conocer la historia del texto –de sus diversas ediciones y de sus posibles diferencias: agregados, omisiones, pasajes censurados, etc.-; observar los criterios de división del texto original en partes, capítulos, apartados y párrafos; reproducir las notas y la bibliografía originales, indicando su carácter original para distinguirlas de posibles –y deseables- agregados hechos en las sucesivas ediciones por parte de los traductores y editores. En este sentido, una mirada atenta nos permitiría constatar que es más bien poco lo que conocemos sobre Literatura y revolución. Por descuido, por negligencia o por precipitación, las ediciones castellanas de este libro han ignorado estos aspectos, que resultan fundamentales para el lector interesado en saber si está ante una traducción completa, fidedigna, confiable del original. Lamentablemente, en ese camino que conduce de la creación del autor a la apropiación del lector en lengua extranjera se pierden innumerables dimensiones que tornan difícil, luego, restablecer o reconstituir el pensamiento y el estilo originales de una obra. En términos generales, quien desee emprender esta tarea tendrá que conocer las diferentes ediciones existentes en su lengua y en la lengua original para poder determinar la mayor o menor fidelidad con la que el texto ha llegado hasta nosotros –sin mencionar las frecuentes ediciones en lenguas “intermedias” que, cual puntos fronterizos (o mejor: aduaneros, con el correspondiente tributo lingüístico), el texto ha debido sortear en su itinerario.
Las numerosas ediciones castellanas de Literatura y revolución responden mal –o no responden- a los criterios arriba citados. A menudo no indican el idioma del que se ha realizado la traducción, no aclaran si se trata de una nueva traducción o si han tomado una ya publicada anteriormente, no señalan la fuente original y de la historia del texto no dicen ni una palabra. El resultado era inevitable: hasta hoy, el mundo hispanohablante ha conocido la mitad del texto original tal como fue concebido por su autor en 1923, y en general tampoco ha accedido a su formato inicial. Veamos esto con mayor detalle.
Los diferentes Literatura y revolución que circulan en nuestro medio presentan una primera parte relativamente coherente, “orgánica”, que aborda la problemática de la literatura en la incipiente República Soviética. Allí aparecen los conceptos y reflexiones de Trotski más conocidos en ese terreno: los “compañeros de ruta” de la revolución, el futuro de la literatura proletaria, de las vanguardias, de los nuevos movimientos artísticos, el papel del partido en el arte, etc. A continuación, encontramos una segunda parte compuesta por artículos sobre arte, literatura, cultura y ciencia; esta segunda parte es la que más difiere entre las distintas ediciones, tanto por la selección como por la cantidad de los artículos publicados. De esta forma, a todos ha quedado claro que el Literatura y revolución salido de la pluma de Trotski es solo la primera parte del libro, mientras que esa segunda parte, tan variada entre las distintas ediciones, es una recopilación de artículos conformada de acuerdo a criterios más o menos arbitrarios de los editores. Ahora, ¿qué hay de cierto en todo esto?
Trazar la genealogía en lengua castellana de Literatura y revolución nos lleva a su primera edición, publicada en Madrid en 1923 por la editorial Aguilar. Se trata de una traducción no directa del ruso, sino del alemán. Esta edición –no sabemos si por decisiones de los editores españoles o debido a que la fuente en alemán ya estaba así- reproduce menos de la mitad del original ruso: omite por completo la segunda parte, y en la primera tampoco incluye todos los capítulos presentes en el original ruso, alterando, además, su orden. Esta edición volvió a ser publicada por la misma casa editora en 1930. De alguna manera, constituye una suerte de “prehistoria” en las ediciones castellanas de Literatura y revolución, ya que pasarían largos años hasta que otra editorial volviera a publicar el libro. Recién en 1964 la editorial Jorge Álvarez publicó en Buenos Aires lo que sería la tercera edición del libro y su segunda traducción, mientras que en 1969 Ruedo Ibérico publicaba en París la cuarta edición y la tercera traducción. Estas últimas dos ediciones surgieron al calor del auge de las traducciones de los escritos de Trotski al francés, y la segunda de ellas –creemos- debe en buena medida su estructura a la edición francesa del libro (Littérature et Révolution, Paris, Julliard, 1964). Respecto a la fuente que tomaron ambas ediciones, no queda más que hacer conjeturas. El libro ya hacía tiempo estaba prohibido en la Unión Soviética, y conseguir un ejemplar por esos años era una tarea prácticamente imposible. Es casi seguro que la traducción de Jorge Álvarez –con prólogo de Jorge Abelardo Ramos- no está hecha del ruso; en cuanto a Ruedo Ibérico, se hace difícil decir de dónde se hizo la traducción, ya que, al parecer, entre los traductores había quien sabía ruso, pero, por otro lado, en la edición no se especifica que la traducción fuera directa de dicha lengua, descuido importante si era efectivamente así. En ambos casos, estas ediciones fundaron, por así decir, lo que sería una tradición en la publicación y en la recepción del libro. Ambas reproducían una primera parte que, cabía entender, era propiamente Literatura y revolución, y una segunda parte compuesta por artículos de Trotski escritos, en su inmensa mayoría, después de 1923, año de publicación de su libro. Estas dos traducciones fueron reimpresas una y otra vez por diferentes editoriales en América Latina y en España. Es difícil rastrear todas y cada una de las ediciones castellanas de Literatura y revolución, pero en principio podemos afirmar que la mayoría de ellas ha seguido o bien la traducción de Jorge Álvarez o bien la de Ruedo Ibérico. Así, por ejemplo, la edición de El Yunque, Buenos Aires, 1974, seguía la traducción de Jorge Álvarez, pero agregando más artículos –sin especificar de dónde. Por su parte, Ediciones Crux publicó en Buenos Aires, en 1989, la misma traducción que Ruedo Ibérico, aunque con menos artículos en la segunda parte; en 2004, la editorial Antídoto, también de Buenos Aires, publicó la misma edición que Crux. También hay una edición mexicana publicada por Juan Pablos Editor (1973) y una española de Editorial Akal (1979), una argentina publicada por Editorial Heresiarca (1973) y otra boliviana publicada en La Paz por Biblioteca Socialista (1993). Repetimos: es imposible rastrear todas las ediciones existentes, más aun teniendo en cuenta que algunas de ellas fueron realizadas con pocos medios y con una tirada mínima.
Sin embargo, en este mosaico de ediciones es posible establecer algunos hechos. Primero, el que ya nos hemos anticipado a anunciar, y es que todas las ediciones castellanas han ignorado la segunda parte del original ruso de 1923. Segundo, que esa primera parte que sí fue publicada difiere notablemente entre las distintas ediciones en cuanto al contenido y a la estructura del texto. Tercero, que los escritos de Trotski sobre arte, cultura, ciencia y literatura incluidos en los apéndices no responden a ningún criterio de ordenamiento, sea este cronológico o temático: artículos de distintas épocas y lugares aparecen allí poco menos que “amontonados”, uno al lado del otro, lo que de alguna manera dificulta el seguimiento de ciertas ideas, reflexiones y preocupaciones del autor a lo largo de los años; como la selección de artículos tampoco es exhaustiva, muchas líneas del pensamiento del autor quedan truncadas en esas ediciones. Cuarto, que en lengua castellana no hay traducciones completas de “Literatura y revolución” hechas a partir del original ruso. 
¿Cómo fueron posibles tantos descuidos? No es nuestra tarea resolver esta cuestión. Por algún motivo, esa segunda parte del original ruso no llegó a Occidente, o llegó y fue descartada desde el comienzo, por lo que no se la reprodujo en ediciones posteriores. Esto no deja de resultar curioso, porque el texto original no fue publicado en dos tomos (lo que permitiría pensar que acaso el segundo tomo simplemente se perdió), sino en un solo libro; por lo visto, mediaron razones editoriales, o quizás de otra índole. Lo que nos importa ahora es restablecer el texto original tal como fue concebido por su autor en 1923.
 
* El presente texto es apenas un fragmento de la presentación a Literatura y Revolución, Ediciones ryr, Buenos Aires, 2013, en prensa.
[1] Traductor del ruso. Ha traducido también a numerosos autores clásicos para editoriales importantes. Véase como ejemplo, su edición de Pensamiento y habla, de Lev Vigotski, publicado por Colihue.

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